Gin vs. Ginebra: Las diferencias entre dos clásicos destilados

Aunque muchas veces se utilizan como sinónimos, el gin y la ginebra no son lo mismo. Su origen, proceso de destilación y perfil de sabor los diferencian. Descubrí qué los hace únicos y cuál se adapta mejor a tu paladar.

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Por: Stefania Chirico

El gin y la ginebra son dos destilados que comparten un ingrediente clave: el enebro. Sin embargo, aunque a simple vista puedan parecer lo mismo, tienen diferencias notables en su origen, elaboración y perfil de sabor.

Origen y evolución

La ginebra nació en los Países Bajos en el siglo XVII con el nombre de jenever y fue pensada originalmente como un tónico medicinal. Con el tiempo, se popularizó en Inglaterra, donde evolucionó hasta convertirse en el gin que conocemos hoy. Mientras que la ginebra mantiene su perfil más robusto y especiado, el gin se fue refinando, incorporando una mayor variedad de botánicos.

La Elaboración

La principal diferencia entre ambos radica en el proceso de destilación.

Ginebra: Se elabora macerando enebro y otros botánicos en alcohol neutro, lo que le da un sabor más fuerte y predominante a esta baya.
Gin: En cambio, sus botánicos se infunden mediante redestilación, logrando una bebida más aromática, con notas más complejas y sutiles.

Además, las ginebras tradicionales suelen ser más dulces y pesadas, mientras que el gin destaca por su perfil seco y versátil, ideal para cócteles como el clásico gin tonic.

¿Cuál elegir?

Si buscás una bebida con carácter fuerte y un marcado sabor a enebro, la ginebra puede ser la opción ideal. En cambio, si preferís un destilado más equilibrado y con matices florales o cítricos, el gin es la mejor elección.

Más allá de sus diferencias, tanto el gin como la ginebra tienen su lugar en el mundo de la coctelería. La clave está en conocer sus características para elegir el que mejor se adapte a cada ocasión.

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