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Por: Stefania Chirico
La industria vitivinícola ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años, desde la disminución del consumo de vino a nivel mundial hasta el desinterés de las nuevas generaciones por esta bebida. Sin embargo, en respuesta a esta crisis, ha surgido una iniciativa que busca revitalizar el sector: el turismo ecocultural. Este enfoque fue el eje central de la I Cumbre Iberoamericana de Turismo Ecocultural, celebrada recientemente en Mendoza, Argentina.
Históricamente, Mendoza ha sido una región vitivinícola por excelencia. Durante la Gran Depresión de 1929, la provincia diversificó su economía y lanzó la Fiesta Nacional de la Vendimia para promover el turismo cultural. Hoy, casi un siglo después, enfrenta una nueva crisis que ha llevado a empresarios del Este de Mendoza a explorar el turismo ecocultural como motor de desarrollo socioeconómico. Para avanzar en esta dirección, el Clúster Mendoza Este, junto a sus pares de zonas vitivinícolas de Chile y con el respaldo de instituciones académicas e internacionales, organizó la I Cumbre de Turismo Ecocultural.
La cumbre dejó resultados significativos:
Fortalecimiento de clústeres: Se generó una fuerte energía para consolidar los incipientes clústeres participantes, comprendiendo el impacto positivo de la cooperación interempresarial.
Red Iberoamericana de Turismo Ecocultural: Se resolvió crear esta red como estructura permanente, con objetivos a corto, mediano y largo plazo, para promover el turismo sustentable y la valoración del patrimonio natural y cultural como instrumentos de desarrollo socioeconómico.
Próximas ediciones: Se aseguró la continuidad de estos encuentros, comenzando los preparativos para la II Cumbre, que tendrá sede en Chile, mientras que España postula para la III edición.
Pablo Lacoste, historiador y académico de la Universidad de Santiago de Chile, resaltó:
«El consumo de vino ha disminuido a nivel mundial, y las nuevas generaciones muestran poco interés por esta bebida. El turismo ecocultural se presenta como una alternativa para revitalizar la industria vitivinícola.«
La I Cumbre Iberoamericana de Turismo Ecocultural marcó un punto de inflexión en la visión empresarial del sector vitivinícola. Al adoptar el turismo ecocultural, basado en la valoración del patrimonio natural y cultural, se abre una nueva era que complementa la producción agrícola e industrial tradicional, promoviendo un desarrollo económico sostenible y enriquecedor para las comunidades locales.
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