En pleno corazón de la estepa, camino a San Antonio Oeste y Las Grutas, algo inesperado surge del paisaje: un pulmón verde formado por olivares y viñedos que rompen con la aridez del entorno. Allí, en este rincón patagónico, se asienta Don Amaro, un proyecto familiar que cultiva olivos y produce un vino Malbec totalmente artesanal.

“El vino es joven, orgánico y fermentado de manera natural. Está hecho con técnicas tradicionales y mucho trabajo manual”, relata Gladys Maidana, responsable de ventas de la bodega. La iniciativa surgió como un sueño de Amaro Mañana, que hoy continúa su hijo Fabián. Entre ambos, lograron transformar una idea en una producción en expansión.

«Lo más increíble es que venís, tenés la estepa, y de pronto te encontrás con olivos, la bodega, vides… Es un pulmón verde creado por el hombre», destaca Maidana.

Las 3 hectáreas de Malbec —con cerca de 5000 plantas— comparten espacio con 6 hectáreas de olivares que ya superan los 20 años en algunas zonas. La primera vendimia oficial se realizó este año, aunque en 2023 ya se había hecho una cosecha piloto.

El agua es clave: “Usamos un sistema israelí de riego por goteo con agua del canal de Pomona. Si no estuviera ese canal, este sueño no sería posible”, explica Maidana. Con más de 60 mil olivos y 5000 vides, la eficiencia hídrica es fundamental: “El agua es oro para nosotros”.

La bodega cuenta con su almazara propia, lo que permite cerrar el ciclo productivo tanto del aceite como del vino dentro del predio. Además, trabajan con un equipo estable y suman personal temporal durante las cosechas.

El reconocido enólogo Marcelo Miras, que asesora al proyecto, destaca las características particulares del Malbec en esta zona: “Aromas muy frutados con notas florales, excelente acidez y color intenso. Es un vino muy bebible con gran potencial”.

Miras también subraya el valor histórico y cultural de unir vid y olivo: “Este tipo de cultivo conjunto viene desde la época de los romanos. Hoy, San Antonio Oeste ofrece condiciones naturales excepcionales para ambos”.

Con vistas al futuro, Don Amaro planea embotellar su primer vino entre julio y agosto de este año, con una producción estimada de 4000 litros. Mientras tanto, siguen recibiendo visitas y compartiendo su historia con quienes llegan hasta este inesperado oasis patagónico.