Bodega Malma: un sello de sostenibilidad que nace en la Patagonia y conquista el mundo

La bodega neuquina certificó sus procesos con el Sello de Vitivinicultura Argentina Sostenible, destacándose entre más de 50 establecimientos del país. El compromiso con el entorno y la innovación posicionan a Malma como referente de la vitivinicultura responsable.

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Por: Stefania Chirico

Compromiso con el presente, mirada al futuro

En un mercado global cada vez más enfocado en el consumo consciente, la sostenibilidad se ha convertido en una herramienta estratégica para la competitividad. Bodega Malma, ubicada en San Patricio del Chañar, Neuquén, es hoy la única bodega de la provincia en obtener el Sello de Vitivinicultura Argentina Sostenible, compartiendo el reconocimiento con otras 21 bodegas y 31 fincas de 14 provincias.

Este logro forma parte del programa de Promoción de Sistemas Vitivinícolas Sostenibles, impulsado por la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR) junto con el Consejo Federal de Inversiones (CFI). El programa brindó asistencia técnica personalizada, consultoría especializada y auditorías externas que validaron los procesos de gestión sostenible implementados por cada establecimiento.

“Este programa ha sido un gran desafío para las empresas, que se comprometieron voluntariamente a mejorar sus procesos. Hoy ese esfuerzo se traduce en mayor competitividad en un mundo cada vez más exigente”, explicó Adolfo Brennan, miembro del directorio de COVIAR.

Malma: vinos patagónicos con conciencia global

Fundada en 2004, Bodega Malma es reconocida internacionalmente por la calidad de sus vinos. Actualmente, exporta el 55% de su producción a mercados como Estados Unidos, Reino Unido y Brasil. Sin embargo, su mirada va más allá del negocio: la sostenibilidad atraviesa cada una de sus decisiones.

“Seguimos en el camino de transformarnos en una bodega 100% sustentable. Amamos la Patagonia, lugar único que elegimos para plantar nuestros viñedos: toda nuestra estrategia está pensada desde nuestro impacto en el entorno”, afirma Ana Viola, CEO de la bodega.

La bodega ya había sido reconocida en 2022 con la certificación del Protocolo de Sustentabilidad. Y en línea con su compromiso ambiental y ético, también cuenta con el sello VEG Argentina, que garantiza una elaboración sin insumos de origen animal.

Tecnología, arquitectura y territorio: una fusión sustentable

Diseñada con una estética integrada al paisaje patagónico, la arquitectura de Malma combina funcionalidad, minimalismo y respeto por el ambiente. Su estructura lineal acompaña las formaciones montañosas conocidas como bardas y se despliega a lo largo de 127 hectáreas de viñedos.

Uno de los mayores avances en materia de eficiencia es su sistema de irrigación por goteo automatizado, que reutiliza agua de deshielo del río Neuquén mediante un canal de 20 km, siete estaciones de bombeo y filtrado inteligente. Este diseño optimiza el uso del agua en una región con precipitaciones escasas y garantiza la salud de las plantas en un entorno natural hostil pero fértil.

Los suelos permeables, las brisas constantes y la amplitud térmica patagónica favorecen la sanidad de los viñedos y la calidad de la fruta. Entre los varietales más destacados se encuentran Pinot Noir, Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Hospitalidad sostenible y enoturismo con identidad

Además de su cava y centro de visitas, el predio incluye Casa Malma y mini casas sustentables para alojar a visitantes bajo un concepto de turismo ecológico. Esta experiencia busca ofrecer confort sin renunciar al cuidado del entorno, reafirmando el espíritu de la bodega: brindar lo mejor de la Patagonia sin comprometer su futuro.

Más información: www.bodegamalma.com

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