
Chozos Resort: arquitectura ancestral y lujo contemporáneo en el corazón de Mendoza
Con una propuesta que fusiona sustentabilidad, historia y diseño de vanguardia, Chozos
Por: Tamara Herraiz
Este nuevo concepto de alojamiento desarrollado por Bodega Malma llamado Aldea de Terruño invita a
hospedarse en mini casas móviles entre viñedos, combinando diseño, sustentabilidad y eficiencia.
Enmarcadas por las 127 hectáreas de viñedos, esta primera etapa del desarrollo supone tres módulos de mini casas móviles Haiku, que buscan satisfacer la demanda del turismo vitivinícola, en el terruño de San Patricio del Chañar, provincia de Neuquén.
Las mini casas móviles ofrecen opciones funcionales y de diseño para despertar rodeado de confort y tecnología en medio de la naturaleza, con una pequeña huella ecológica.
Los módulos A -Pinot Noir- y B -Malbec- son unidades de rápido montaje que ofrecen una perspectiva de vivienda
moderna. Combinan eficiencia, sustentabilidad y atractivo estético.
El módulo H -Chardonnay- es una unidad de bajo impacto, transportable, prefabricada, de cero mantenimientos y de alta gama.
Buscando satisfacer la creciente demanda de ecoturismo, pensada para quienes les gusta viajar, pero no quieren quedarse en hoteles convencionales, apelando a encontrar una arquitectura sostenible, sin perder el confort y el diseño de calidad.
Todas las casas incluyen Smart TV, proyector portátil, anafe eléctrico, horno empotrado, frigobar y cava, multisplits frío/calor, estufa hogar y la posibilidad de iluminación inteligente y domótica.
Hoy el alojamiento en viñedos es algo muy demandado en la región”, aclara Pedro Soraire, director de la bodega, que también cuenta con Casa Malma, a solo 1000 metros del edificio principal y del restaurant.
La casa principal creada antes del proyecto de las mini casas móviles, es otro concepto, tiene una capacidad máxima para cinco pasajeros y posee una sala de degustación para 22 personas con vistas a una galería, jardín, una cocina completa, parrilla y toilette. ¿Un plus? El desayuno, el almuerzo y la cena están cubiertos por personal del restaurante.
El Malma Restaurant es otra gloria de esta bodega. Invita a un mundo de aromas y sabores revelados por el Chef Ejecutivo Francisco Fernández y su equipo de trabajo. Su carta es elaborada con productos patagónicos de estación.
El director de Bodega Malma, Pedro Soraire, comentó que “apenas se supo del lanzamiento de la Aldea de Terruño”, comenzaron a recibir reservas de los huéspedes. “Esta iniciativa busca satisfacer la demanda de alojamiento en el entorno de la bodega. Había una necesidad de la gente que nos llamaba preguntando, ‘¿dónde me puedo quedar a dormir?”, afirmó.
Además, explicó que el proyecto combina el enoturismo con la sustentabilidad. “Seguimos respetando el medio ambiente, no contaminar, y poder disfrutar en el viñedo”, dijo.
Las casas móviles ofrecen diferentes comodidades, según detalló Soraire: “Hay una que tiene jacuzzi y parrilla, hay otra que tiene un espacio para relajarse con una hamaca”.
La iniciativa se enmarca en una estrategia más amplia para impulsar el enoturismo en la región patagónica. Soraire enfatizó la importancia de este proyecto no solo para su bodega, sino también para el desarrollo turístico de la zona. Resaltó que el turismo enológico tiene un gran potencial económico. “Hace mover la economía, hace que todo sea más lindo” y añadió que esto eleva los estándares de calidad en toda la industria.
La ubicación de las mini casas fue cuidadosamente seleccionada. “La primera aldea está al lado del cuadro Malbec Orgánico, al lado de la posada”, dijo el directivo, subrayando el compromiso de la bodega con la producción orgánica y la sustentabilidad.
Soaire, también destacó la versatilidad del proyecto, que no solo está dirigido a los amantes del vino. “Nuestra idea es que la gente pueda hacer base ahí, y desde ese espacio visitar otras bodegas de la zona o los olivares, por ejemplo. Y visitar a otros productores, ir a la zona de los dinosaurios, al lago”, comentó, enfatizando las diversas atracciones de la región.
“El concepto de Aldeas de Terruño busca acercar al visitante a la esencia del lugar, para que sienta lo que significa formar parte de este paisaje único y, por supuesto, probar nuestros vinos”, concluye Carlos Rivas, uno de los responsables de la bodega.
Bodega Malma nació en 2001 con el desarrollo del proyecto vitivinícola en San Patricio del Chañar, provincia de Neuquén, una región que se destaca por sus inigualables características para el cultivo de la vid.
Los suelos son muy permeables y en ellos las raíces de las vides crecen en profundidad en busca de nutrientes y minerales. Se destacan la terraza pleistocénica, el abanico aluvio-coluvial y la Terraza fluvial moderna. Cada tipo de suelo aporta diferentes características a las variedades implantadas e investigar estos fenómenos es parte de seguir conociendo el terruño.
Los cielos casi siempre despejados ayudan a conseguir una buena irradiación y consiguientes colores intensos. Las escasas precipitaciones y baja humedad relativa, los vientos y las brisas colaboran con la sanidad de la fruta, mientras que la gran amplitud térmica entre el día y la noche durante el periodo de maduración favorece el equilibrio entre la acidez y el azúcar en las uvas, lo que contribuye a la concentración en la fruta, al color y a la estructura por generar una piel más gruesa en las bayas.
El proyecto requirió el diseño de un sistema de irrigación de vanguardia que reencausó el agua de deshielo del río Neuquén para regar las chacras: para ello se construyó un canal de 20 kilómetros de largo, con siete plantas de bombeo y centrales de filtrado en cada chacra, con mangueras de riego por goteo localizado, computarizado y automatizado que permite la administración rigurosa de este preciado recurso.
Cuentan con más de 127 hectáreas plantadas con distintos varietales y un sofisticado sistema de riego por goteo. Las variedades implantadas son principalmente Pinot Noir, Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon, Sauvignon Blanc, Chardonnay, pero también cuentan con lotes de otras variedades con las que elaboran partidas especiales.
La arquitectura de la bodega es una síntesis entre una avanzada tecnología vitícola y la estética del paisaje patagónico. Posee una organización en forma lineal gracias a la que se integra al paisaje a través de distintos taludes que la emparentan con las formaciones montañosas de la región conocidas como bardas. En su interior, el arte es protagonista.
El espacio total tiene una superficie de 5800 m², conformados por las oficinas, el restaurant, la cava, el centro de visitas, Casa Malma y las flamantes mini casas que permiten hospedaje siguiendo una tendencia de sustentabilidad con un concepto minimalista que respeta el medioambiente y se enfoca en el detalle y el confort.
Malma significa, “orgullo” en dialecto mapuche. Orgullo por el camino recorrido, por trabajar la tierra, orgullo de los orígenes.
La bodega es propiedad de la familia Viola, pionera y desarrolladora del polo vitivinícola de San Patricio del Chañar y apasionada por la Patagonia y sus posibilidades. Junto a su equipo, con el enólogo residente y al enólogo consultor Hans Vinding-Diers, delinearon un portfolio puro y nítido y están constantemente en la búsqueda de la mejor expresión del terruño.
San Patricio del Chañar es una región que se destaca por sus vinos de alta calidad y que se comparten a nivel mundial: actualmente, el establecimiento de la familia Viola exporta el 55% de su producción a Estados Unidos, Reino Unido y Brasil como principales mercados.
“Seguimos en el camino de transformarnos en una bodega 100% sustentable y acompañar la fuerte tendencia internacional en materia de mitigación del cambio climático. Amamos a la Patagonia, lugar único que elegimos para plantar nuestros viñedos: toda nuestra estrategia está pensada no solo desde el negocio sino también desde nuestro impacto en el entorno que habitamos”, deja en claro Ana Viola, CEO del establecimiento que en 2022 obtuvo la certificación del Protocolo de Sustentabilidad. Siguiendo esa línea, a través del sello VEG Argentina, la bodega también logró la certificación vegana como garantía del cumplimiento de procesos y estándares de elaboración de productos que no contienen ingredientes de origen animal o derivados animales.
Recientemente, Malma paso a ser el único establecimiento de Neuquén que -junto a otras 21 bodegas y 31 fincas de 14 provincias del país- ha logrado el Sello Vitivinicultura Argentina Sostenible.
El equipo de Al Rojo Vino visitó la bodega y esta fue nuestra experiencia:
Si necesitás escaparte al Fin del Mundo, pero no querés estar tan lejos de casa, a 50 km de Neuquén, en San Patricio del Chañar, esta bodega familiar es el lugar indicado. Tiene una historia bien argentina que, si Anita y Pedro te la cuentan, te sorprenderá.
Les recomiendo Rara Avis, Pinot Noir del sur para acompañar carnes rojas. Instantanea de un almuerzo inolvidable en la Patagonia.
El restaurante es una delicada muestra de los sabores patagónicos en manos del chef Pancho Fernández. Los vinos son excelentes, elaborados por pioneros en la producción de la zona. Todo es calidad y confort sin ostentación. Digamos que es todo «muy Pinot Noir», o sea el equilibrio justo entre sofisticación y simpleza.
MAS INFO Y RESERVAS:
+54 9 299-4093654 — Atención telefónica de 09 a 18 hs
resto@bodegamalma.com
+54 9 299 536-2700
visitas@bodegamalma.com
Instagram: @malmawines
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