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Al Rojo Vino

mayo 5, 2025

La pizza tricolor del fin del mundo: el sabor que conquistó Puerto Almanza

Frente al imponente Canal Beagle, en un rincón remoto de Tierra del Fuego, un pequeño local gastronómico se ganó un lugar único en el mapa mundial gracias a una combinación perfecta de pasión, mar y creatividad.

Por: Stefania Chirico

Puerto Almanza, un poblado de apenas 50 habitantes a 75 kilómetros de Ushuaia, es el escenario donde Hugo Peralta dio vida a Zorro Viejo, considerada la pizzería más austral del mundo. Desde la ladera de una montaña, mirando de frente al Canal, Peralta no solo desafió a la geografía, sino que también revolucionó la gastronomía local con su creación más célebre: la pizza tricolor.

«Es una poesía de sabores», describe Peralta con emoción, refiriéndose a la combinación de callos de vieiras, centolla y merluza negra que coronan su especialidad. Una propuesta que, asegura, no tiene comparación en el país ni en el mundo.

Una historia de señales y pasión

Oriundo de Isidro Casanova, en el partido de La Matanza, Hugo llegó a Tierra del Fuego en 1989 como un auténtico buscavidas. En 1998, finalmente se instaló en Puerto Almanza, donde aprendió el arte de cultivar mejillones en un terreno rocoso y difícil. «Pura roca en la montaña», recuerda.

Pero su amor por las pizzas lo impulsó más allá. Mientras vendía leña y hospedaba turistas en carpas improvisadas, una casualidad le cambió la vida: unos niños cansados de comer cordero aceptaron probar una pizza de mejillones que Peralta había preparado para sí mismo. El éxito fue inmediato. «La vida puede cambiar en un segundo», afirma.

Sin experiencia previa en gastronomía, y con apenas 15 días de plazo tras recibir su primera reserva, Hugo construyó su pizzería. «No tenía platos, cubiertos ni mesas: jamás en mi vida había trabajado en gastronomía», confiesa. Sin embargo, su pasión por la masa lo sostuvo. «La pizza es mi vida».

La pizza tricolor: un lujo de mar

La pizza tricolor no solo es deliciosa, sino también un símbolo de respeto por el entorno: los ingredientes frescos provienen del Canal Beagle y del Atlántico Sur. La versión clásica combina callos de vieiras, centolla y merluza negra, aunque también puede variar con salmón salvaje, trucha o mejillones, dependiendo de la pesca del día. Eso sí, la centolla siempre está presente.

«No es una mezcla de aromas; en cada porción sentís la pureza de cada producto», explica Peralta. El secreto está en el ambiente prístino del Canal, donde la contaminación aún no ha llegado. «Queremos que así permanezca», enfatiza.

Además de las pizzas, en Zorro Viejo también se pueden disfrutar empanadas de róbalo, salmón salvaje, mejillones, mauchos y truchas, todo acompañado de una cerveza artesanal creada por el propio Hugo.

Almanza: el polo gastronómico inesperado

Puerto Almanza, frente a la chilena Puerto Williams, surgió como un asentamiento permanente en 1967. Desde entonces, su historia está marcada por tensiones territoriales, pero también por la resiliencia y el esfuerzo de sus pobladores.

Uno de los pioneros fue Sergio Corbo, quien llegó hace 30 años y fundó La Sirena y el Capitán, el primer restaurante del lugar. «Nuestros mejillones son tres veces más carnosos que los que dicen ser los mejores del mundo», asegura Corbo, basándose en un estudio de la ONU que destaca la riqueza del Canal Beagle.

Gracias a su visión, Almanza se transformó en un pequeño pero vibrante polo gastronómico, donde hoy la pizza tricolor atrae a viajeros de todas partes del planeta.

«Vivir acá es vivir en un paraíso helado», dice Peralta con una sonrisa, mientras el calor de su horno y la salamandra entibian las paredes de El Viejo Zorro, abierto todo el año de jueves a domingo.

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