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Por: Stefania Chirico
El Malbec argentino vuelve a hacer historia. En esta ocasión, dos etiquetas nacionales obtuvieron la máxima calificación —100 puntos Parker— otorgada por el prestigioso crítico californiano Matthew Luczy en la última edición de The Wine Advocate, conocida popularmente como “la Biblia del vino”.
Los vinos galardonados fueron El Enemigo As Bravas Malbec 2018, de Bodega Aleanna, y Zuccardi Finca Piedra Infinita Gravascal 2021, de Familia Zuccardi. Ambos comparten un mismo origen: el departamento mendocino de San Carlos, en el corazón del Valle de Uco, una región que cada vez da más muestras de ser un verdadero paraíso para la vitivinicultura de excelencia.
“Es fundamental que tengamos varios vinos puntuándose siempre en lo más alto para seguir posicionando nuestra bebida nacional”, expresó Alejandro Vigil, enólogo de El Enemigo.
Aunque los vinos con puntajes perfectos eran, hasta hace poco, una rareza en Argentina, los reconocimientos internacionales ya no sorprenden: el país está en el radar de los más exigentes paladares del mundo.
Para Vigil, el 100 no llegó con una etiqueta consagrada, sino con una joya menos conocida: El Enemigo As Bravas 2018, una reinterpretación de El Cepillo, un terroir de condiciones extremas a escasos kilómetros de la Cordillera. “Es un vino austero, que intenta representar esa zona al límite. Y eso es bonito”, explicó.
Por su parte, Sebastián Zuccardi celebró el puntaje otorgado a Gravascal 2021, un Malbec vinificado sin paso por madera, nacido de una parcela especial ubicada en Paraje Altamira. “Es una finca con suelos complejos y una añada fresca y seca, ideal para el estilo que buscamos”, señaló.
Ambos vinos nacen en San Carlos, un departamento que, en palabras de Vigil, “tiene una diversidad climática y de suelos enorme, con diferencias térmicas de hasta cinco grados en apenas 10 kilómetros”.
Esta riqueza geológica, sumada a la proximidad con la montaña, permite obtener uvas de gran complejidad, con maduraciones lentas que conservan la acidez natural. “Nos llevó 20 años entender esas particularidades del lugar y cómo trabajarlas”, reconoció el enólogo.
Que ambos vinos sean Malbec no es casualidad. “No fue marketing; es una variedad que se adaptó naturalmente a esta región. Es nuestro Pinot Noir, nuestro Nebbiolo. El Malbec es el mejor vehículo para expresar nuestros paisajes”, sentenció Zuccardi.
Si bien El Cepillo y Paraje Altamira fueron los protagonistas en esta oportunidad, Zuccardi remarcó que otras zonas del Valle de Uco —como Gualtallary, San Pablo o Los Chacayes— también tienen un enorme potencial. “Todavía no somos conscientes del potencial de guarda que tienen nuestros vinos”, advirtió.
Así, la vitivinicultura argentina sigue dando pasos firmes en el escenario global, con terroirs que enamoran, productores comprometidos y una variedad insignia que sigue mostrando todo su poder.
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